SA?NDROME DEL PRA?NCIPE DESTRONADO

Con este nombre se refieren a los celos que aparecen como consecuencia del nacimiento de un hermano/a. Como cualquier otro sA�ndrome, se compone de una mezcla de emociones y conductas, generalmente disruptivas, que son el aviso de que el niA�o sufre.

Los celos no se dan ante cualquier persona o circunstancia, sino que para llegar a celar es necesario que antes se cree el vA�nculo afectivo llamado apego. Es imposible que haya celos si no se ha establecido previamente un buen lazo afectivo del niA�o con las figuras de apego, en este caso nosotros, los padres.

En este caso que nos ocupa, los celos aparecen ante la equivocada interpretaciA?n del niA�o acerca de que el hermano/a le ha robado el cariA�o, la atenciA?n y el amor de los padres.

La nueva situaciA?n implica para el niA�o un cambio drA?stico en la atenciA?n y el cariA�o del que antes disfrutaba. Por este motivo, se resalta tantas veces la importancia de suplir la cantidad de la que no disponemos en este momento por la calidad.

Nuestro hijo/a quiere recuperar lo que ha perdido, y va a luchar. Interpreta laA� nueva situaciA?n como una pA�rdida parcial, porque cree que no todo estA? perdido. Piensa que sus padres se han ido con el otro, y eso es intolerable. Se siente traicionado, desengaA�ado, desamparado, desconfiado y, en definitiva, muy molesto.

Cuando aparecen los celos, nuestros hijos pueden pasar por unas etapas como consecuencia de pensar que han perdido nuestro afecto:

  • Protesta: se dan cuenta de la nueva realidad y lo manifiestan a travA�s del enfado, que se traduce principalmente en rabietas o llamadas de atenciA?n a fin de recuperar cuanto antes lo que consideran que han perdido.
  • Tristeza: aparece un perA�odo en el que pueden ser mA?s sensibles al llanto, estar mA?s inmA?viles y mostrarse mA?s aislados, menos participativos, mA?s irritables o mA?s apA?ticos.
  • ResignaciA?n: toman conciencia de que A�sta es la nueva situaciA?n y se abandonan a ella. Sin embargo, esta resignaciA?n no supone todavA�a aceptaciA?n, por lo que aA?n se pueden mostrar pasivos, aislados, lentos o desganados.

Nuestra labor como padres es ayudar a nuestros hijos a superar estas fases con el menor impacto posibleA� de cara a su salud afectiva y a una convivencia familiar de calidad. Lo importante es no inhibir los celos, sino ayudarles a transcurrir por estas fases con nuestro apoyo. Una vez superadas, habrA?n aprendido a compartir y convivir con su hermano/a dentro del nuevo contexto familiar.